Uno de esos partidos que hacen vibrar a cualquiera, El encuentro entre Manzanares Quesos El Hidalgo y Jimbee Cartagena nos regaló emociones a raudales, con un marcador final de 3-4 a favor de los visitantes, en un duelo lleno de jugadas intensas, errores cruciales y momentos de brillantez individual.
Desde el inicio, el choque se presentó muy igualado. Ambos equipos se mostraron sólidos en defensa, haciendo honor a una jornada en la que el ritmo no permitió demasiadas desatadas. El público se notaba expectante, y la tensión se podía cortar en el ambiente. Sin embargo, en medio de tanta concentración, se produjo un duro revés para los locales: Deivao, una pieza clave en el esquema de Manzanares, se vio obligado a abandonar el terreno de juego tras sufrir una lesión. Esta baja adelantó la incertidumbre sobre el rendimiento del equipo, que tuvo que reorganizarse en una situación complicada.
En esos primeros compases, Darío Gil de Jimbee protagonizó la primera gran ocasión del partido, mostrando con su disparo la intención de imponer el ritmo. Aunque su tiro rozó el palo y el peligro latía en el área, ninguno de los equipos lograba desbordar por completo la férrea defensa rival. El partido transcurría con un balance casi perfecto en ambas mitades, hasta que, en un momento de desorganización en la salida de balón por parte de Javi Bulle, se abrió una puerta en la defensa manzanarense. Con apenas 32 segundos para el descanso, Pablo Ramírez se lució y estrenó el marcador para Jimbee, desatando la euforia melonera y dejando a los aficionados locales con el sabor amargo de un error imperdonable.
Descanso
El segundo tiempo arrancó con los de Duda mostrando una marcha más decidida para aguantar y ampliar la ventaja. No obstante, Manzanares, impulsado por la necesidad de dar vuelta al marcador, no tardó en reaccionar. El empate llegó tras un penalti que Daniel ejecutó con frialdad, igualando el encuentro y despertando la ilusión en el banquillo manzanarense. Pero la tensión no disminuyó; poco después, Osamanmusa, quien había sido responsable de conceder el penalti que permitió el empate, se redimió al volver a poner por delante a Jimbee.
La ventaja de los visitantes se volvió a consolidar cuando Pablo Ramírez volvió a marcar, ampliando distancias y sembrando dudas en la defensa contraria. Sin embargo, el espíritu combativo de Manzanares no flaqueó. Con un magnífico juego colectivo que involucró al quinto hombre, los locales recortaron distancias, demostrando que aún había margen para luchar por el empate. No tardó en volver a aparecer Daniel, que esta vez, con una jugada individual de gran calidad, empató el marcador y encendió la esperanza de su equipo en los últimos compases.
El desenlace llegó de forma inesperada y en el último suspiro. Con el tiempo prácticamente cumplido, en una rápida contra que dejó a la defensa rival descolocada, Mouhoudine se puso de pie y puso la guinda al partido, sellando un dramático triunfo para Jimbee Cartagena.