Victoria frente a Rublev por 6-3 y 7-6 (10-8) en un auténtico partidazo que fue tremendamente igualado
Tenía que ganar Carlitos y lo hizo. Sufrió, jugó y volvió a demostrar al mundo del tenis por qué está en estas Finales de la ATP, por qué es un maestro, un monstruo, un mago que ha dejado con la boca abierta incluso a su propio rival, otra vez, como si estar resfriado no lastrara las cualidades físicas.
Y obviamente que lo hace. Hay que reconocer que el joven tenista de El Palmar no está al 100%, ya sea porque el caprichoso virus que le está afectando ha querido dejarse notar en esta semana de las ATP Finals, o por el agotamiento de una temporada cargadísima, con Juegos Olímpicos incluidos. Durante el día de ayer surgieron muchas dudas por el estado de salud de Carlitos al retirarse de su entrenamiento previo al choque con el ruso, nada más grave de la realidad, indisposición momentánea y al día siguiente, con una tirita nasal mágica (color rosa que mañana será icono en España), partidazo para resurgir de sus cenizas y ponerle picante al grupo Newcombe.
Primer set y ya el murciano nos dejaba entrever que el partido del lunes no se iba a repetir, era otro Carlos Alcaraz el que saltaba al Inalpi Arena de Turín. El coraje característico de Carlos volvió a aparecer frente a Rublev, sacando cada ‘Vamos’, característico del murciano, desde el fondo de su garganta, demostrando que un simple catarro no puede con el astro español. Hay que reconocer que lo de Carlos tiene mérito, pero enfrente, Rublev tampoco podía fallar hoy, y sabía desde el minuto 1 cómo tenía que jugar, pero la bola caprichosa no le entraba. A veces un poco más larga de la línea de fondo, otras ligeramente desviada a la izquierda, en ocasiones un poquito a la derecha, y cuando la bola iba buena, el muro de cemento hormigonado de Alcaraz desesperaba al ruso. Un buen saque de Alcaraz, un total de 10 aces en todo el partido, era contrarrestado con un buen saque de Rublev, que convirtió un total de 7. La diferencia en el primer set se reflejaba en el acierto de Carlitos a la hora de generar y cerrar puntos de break, que aunque aprovechó la mitad (2 de 4) no permitió que Andrey le generase ninguno, consiguiendo así rápidamente la rotura de saque para el español.
«Sé que tenía que olvidarme del primer partido y centrarme en dar lo mejor de mí», confiesa Carlitos
El segundo set estuvo muy igualado, con un juego directo de Rublev y con un Alcaraz muy concentrado para no perderle la cara al partido y que se fuera escapando, como pasó con el segundo set del partido ante Casper Ruud. La bola iba pasando de saque en saque. Saque para Alcaraz, juego para Alcaraz. Saque para Rublev, juego para Rublev. Ninguno se volvía loco por no poder conseguir romper el saque al rival, y así continuaron hasta poner el 6-6 en el segundo acto, oficializando la necesidad de decidir el set en el tie-break. Alcaraz comenzaba bien, poniendo una cómoda ventaja en la muerte súbita. 5-2 en el marcador y a un punto del ‘juego, set y partido’. Pero no fue exactamente así, Rublev no daba su brazo a torcer y ponía el 5-5 en el tie-break, aunque sin muchas opciones de poder contestar al murciano mucho más. Hasta que el natural de El Palmar puso punto final a la segunda ronda de esta fase de grupos, con victoria y con arenga previa que confesó una vez acabado el partido en las entrevistas a pie de pista: «Sabía que tenía que olvidarme del primer partido y pensar en dar mi mejor nivel en este partido. Darlo todo por la gente que hay fuera de pista apoyándome, regalarle mi mejor versión.»
Justo al finalizar el partido, Carlitos dejó su típica firma con dedicatoria en la lente de la cámara, esta vez con un bonito gesto acordándose de Valencia y la difícil situación que viven. Poco tiempo de recuperación, y menos de celebración para Carlitos, que tiene que pensar desde ya mismo cómo conseguir derrotar al que le ha arrebatado el número 2 del mundo, ‘Sascha’ Zverev, el próximo viernes, aun con el horario pendiente por definir.
Estudiante de periodismo. Especializado en tenis y motor.