La cuarta temporada para el Fútbol Club Cartagena en Segunda División fue, compitiendo con la 20/21 en el regresó a segunda, la temporada más dura de digerir hasta la fecha. Ese año quedó 16º consiguiendo tan solo 49 puntos, tres menos que los logrados este curso. Sin duda ha sido un año para olvidar, es cierto que un final épico ha cerrado la temporada con el equipo manteniendo la categoría, pero quizás hubiera sido mejor no llegar a estos extremos, o en cualquier caso competir por alegrías y no por penas.
Al comienzo de la pretemporada ya se respiraba lo que iba a ser el ambiente vivido en el equipo durante el año. La dificultad en los fichajes y obstáculos para poder confeccionar una plantilla competitiva, no solo en cuanto a calidad si no también en cantidad, fueron el cóctel perfecto para una temporada demasiado complicada. El equipo se veía maniatado, una sanción impuesta desde la liga, por incumplimiento del ‘Fairplay Financiero’, trastocó los planes de Belmonte y Breis de cara a la temporada que empezaba, por desgracia durante el año tampoco podías fijarte en el filial y alguna futura promesa o esperanza, la situación no era muy distinta a la de los mayores, por desgracia el final para ellos fue diferente y no mantuvieron la categoría. Pero el espectáculo debe continuar y la pelota echó a rodar bajo las órdenes de Víctor Sánchez del Amo.
Los meses de agosto y septiembre quedan para el recuerdo, lamentablemente, de aquellos aficionados albinegros que siguieron al equipo. Una victoria y seis derrotas en siete partidos encendieron las alarmas y tras la última derrota frente a Eibar, el club decidió prescindir del entrenador madrileño.
Calero llegó, vio y compitió
El equipo era irreconocible, bastante mermado con respecto a la temporada pasada eso es cierto, pero además parece que habían vendido incluso el alma o las ganas de competir. Como si del título de una película se tratase, llega “una nueva esperanza”, Julián Calero es nombrado técnico del equipo y con él la cara del equipo empezaría a cambiar.
Es cierto que los resultados no acompañaron en un primer momento, pero sobre el campo se atisbaba la mejoría. Una serie de infortunios y desgracias donde la moneda nunca les salía de cara, decisiones del VAR y varios goles en minutos finales, retrasaron el cambio que lograría el equipo.
Calero, que con el Burgos había logrado una temporada de quitarse el sombrero, llegó, vio y compitió. Empezando por la solidez defensiva, clave en la construcción del “nuevo” equipo, los jugadores fueron dejando atrás la desconfianza y la falta de concentración. Con el ataque vertical por los costados y las actuaciones de un viejo rockero como Ortuño, los jugadores del Efesé consiguieron darle la vuelta la situación y acabar una temporada de pesadilla con un sueño tranquilo llegando así a colocarse en 14º lugar en la clasificación.
Abelardo, experiencia de Primera
El 19 de junio, y tras dejar atrás la fatídica temporada y la marcha de Calero, el Cartagena hacía oficial la llegada del Abelardo al club blanquinegro. Su último club había sido el Sporting en la temporada 22/23, donde abandonó el club a mitad de año debido a los resultados. No logró competir por el Play Off situado en undécima posición con 31 puntos, a 8 de los puestos de ascenso.
Es cierto que los últimos trabajos del técnico asturiano no son las más esperanzadores, tampoco podemos ponernos una venda en los ojos. Sin Embargo, si nos fijamos en su trayectoria, compitió al más alto nivel nacional, trae la experiencia de Primera División, donde hizo buenos trabajos con Sporting, a quien ascendió y mantuvo la categoría al año siguiente, y con Alavés, equipo que casi lleva a Europa, quedó tan solo a tres puntos del Espanyol séptimo clasificado.
Continuación de una idea
Lo mejor que se puede decir de la llegada del asturiano es, la continuidad en la idea de proyecto. El propio ‘Pitu’ dijo en su llegada que, él ve esto como algo largo plazo y desde fuera, si todo va según lo previsto, parece que todo lleva al mismo camino.
Abelardo, al igual que Julián, es un entrenador que fundamenta a sus equipos desde la defensa, equipos en bloque bajo que tapan bien los carriles centrales y que las bandas para su ataque lo son todo. Por esto podemos presuponer que tanto Jairo como Iván Calero, si no se marcha este último, y aquellos extremos que lleguen en este mercado de fichajes, van a volver a tener una importancia superior como hemos visto durante la etapa de Calero.
Otro de los aspectos para tener en cuenta es, que el conjunto de la costa mediterránea llevaba en noviembre diez goles encajados a balón parado. Este es uno de los puntos fuertes del ‘Pitu’ ya que si por algo se han caracterizado sus equipos es por la gran presencia de sus defensas en el punto de penalti, tanto a balón parado como a centro lateral, otra faceta para tener en cuenta dado que este año el equipo en estas dos funciones hizo aguas. En el Alavés fue uno de los equipos con menos goles encajados y más marcados a balón parado.
En definitiva, Abelardo viene como una continuación de la idea que le ha funcionado al Cartagena para mantener la categoría esta pasada temporada. Si le dan los perfiles que necesita, y este año la liga parece que será más permisiva con el club, el ex del Sporting está capacitado de sobra para volver a llevar a los albinegros a las temporadas donde se sufría, pero por luchar un ascenso.
Estudiante de periodismo